viernes, 20 de febrero de 2015

Escuchar con los ojos y encontrar tu mirada


Tengo la suerte de haber empezado un curso de fotografía organizado por Deusto Campus e impartido por Belén Ibarrola Goiri. Me encanta sacar fotos y hasta ahora nunca había tenido la ocasión de aprender la técnica. De la primera sesión me quedo con muchas ideas de las que compartió Belén y que me han dado qué pensar...

La base de todo... "La fotografía es luz y composición". Podríamos preguntarnos ¿y color? No necesariamente la fotografía es color, aunque en principio todo tiene color... Resulta más fácil componer en blanco y negro porque el color lo invade todo... y puede dirigir la atención a un foco que no es el que queremos...

Segunda idea fundamental... "La fotografía tiene que ser más interesante que lo que se fotografía... Una foto tiene que hablar por sí sola".  Cuando hablamos de la fotografía como arte, existe la obra como tal, no al servicio de... como puede ser el caso del fotoperiodismo, que busca contar una historia; o de la fotografía de moda, que busca vender un producto. Cuando damos información condicionamos la mirada del observador.

"La fotografía como un elemento de posesión de la realidad... es emoción... es soñar". A mí en ocasiones me pasa que una escena la veo como si estuviera mirando a través del visor. Me llama, me atrae, me provoca... Las fotografías son evocadoras. Como nos decía Belén, "hay que hacer y hay que ver muchas fotos"... Se aprende haciendo, jugando con el enfoque, el desenfoque, el enfoque selectivo... Lo fundamental es experimentar... Y todo ello teniendo en cuenta que "en la fotografía, igual que en todo arte, la herramienta no es tan importante, lo importante es la inteligencia... la mejor óptica son nuestros ojos". Lo importante es la intención que tú tienes. Habría que mirar mucho menos detrás de la cámara. Primero mirar, seleccionar y sólo después disparar... Con el tiempo no se dispara tanto, se selecciona mucho más... Robert Capa, conocido corresponsal gráfico de guerra y fotoperiodista del s.XX, decía "si tus fotografías no son buenas es porque no te acercaste lo suficiente". No es una cuestión de objetivo, de herramienta, es una cuestión de mirada...

"La fotografía es un oficio de soledad, porque cuando estás solo te relacionas con el mundo" (José Manuel Navia). Cuando se está solo surge la explosión, cuando se va en grupo muchas veces todos ven lo mismo. Sólo en soledad aparece la propia mirada. También en soledad aparece otro elemento, la selección. "Un fotógrafo no es las fotos que hace sino las fotos que enseña"...

A mí, una de las cosas que más me gustan son los retratos, creo que porque me encantan las personas, el acercarme a ellas. Ugo Mulas, fotógrafo italiano conocido por sus retratos de artistas y su fotografía de la calle, señalaba que "no hay más retrato que aquel en el que la persona se pone ahí posando, consciente ante la cámara". Sólo es un retrato cuando hay un pacto entre el fotógrafo y el fotografiado. Recientemente me ha pasado que en una reunión con gente más o menos conocida vi una escena que me cautivó. Un bebé estaba jugueteando poniéndose en pie sobre su madre que estaba sentada; parecía que me hablaba sin palabras. Disparé varias fotos y la madre se volvió y me recriminó enfadada que eso no se hacía, que había que pedir permiso... Avergonzada le di la razón y le dije que no se preocupara que borraba las fotos, y así lo hice delante de ella. Ahí no había pacto y me había "acercado" demasiado...

La primera sesión del curso me ha recordado una entrada que escribí hace tiempo y que llevaba por título el de un libro que acababa de leer "Escuchar con los ojos". En el libro su autor, Ferran Ramon-Cortés, presenta cinco claves para conocer, comprender y conectar con los demás, utilizando los pasos para realizar un buen retrato: 1) “Mirar por el visor”; 2) “Encuadrar la imagen”; 3) “Elegir la luz”; 4) “Enfocar y disparar”; y 5) “Revelar”.

Como le decía el zorro al principito: "He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos". Me animo, y animo a quien lee esto, a escuchar con los ojos y encontrar la propia mirada, que es única e insustituible...



lunes, 2 de febrero de 2015

Compasión: empatía en acción



[He publicado esta entrada en el Blog de Inteligencia Emocional de Eitb el 01.02.2015]

Uno de los textos que más me gustan desde pequeña es la parábola del Buen Samaritano. Es una historia sobre el amor y la compasión que nos confronta con nosotros mismos.



El texto no dice que el buen samaritano tuvo pena o sintió lástima por el hombre que había sido atacado… dice “se compadeció” de él. Se adueñó de su dolor (aunque no le conocía ni era de los suyos) e hizo lo que estaba en su mano para aliviarlo. La compasión es empatía en acción, va más allá de comprender el dolor del otro desde su situación, me mueve y me compromete. Es un sentimiento humano muy elevado que deberíamos cultivar desde la cuna. El mundo sería un lugar mucho más amable si hubiera más compasión.
Me parece muy sugerente el ejercicio de la compasión de Harry Palmer que presento aquí adaptado. Este ejercicio se puede hacer en cualquier lugar en el que se congrega mucha gente (aeropuertos, centros comerciales, parques, playas…). Sobre extraños se debe hacer de forma discreta, a cierta distancia. Se deben hacer los cinco pasos sobre la misma persona. En este momento lo vamos a realizar sobre una persona concreta. Puede ser quien tenemos a nuestro lado, o enfrente o alguien en quien estemos pensando. Nos centrarnos en esa persona, la visualizamos y tenemos presente. Y damos los siguientes pasos:
Paso 1. Centrando tu atención en esa persona, repítete a ti mismo: “Igual que yo, esta persona está buscando felicidad para su vida”.
Paso 2. Centrando tu atención en esa persona, repítete a ti mismo: “Igual que yo, esta persona está intentando evitar el sufrimiento en su vida”.
Paso 3. Centrando tu atención en esa persona, repítete a ti mismo: “Igual que yo, esta persona ha conocido la tristeza, la soledad y la desesperación”.
Paso 4. Centrando tu atención en esa persona, repítete a ti mismo: “Igual que yo, esta persona está buscando cubrir sus necesidades”.
Paso 5. Centrando tu atención en esa persona, repítete a ti mismo: “Igual que yo, esta persona está aprendiendo acerca de la vida”.
Se pueden hacer variaciones sobre el ejercicio:
  1. Se puede hacer sobre la pareja, otros miembros de la familia o personas cercanas para mejorar en entendimiento mutuo.
  2. Se puede hacer sobre enemigos o personas con las que hemos tenido problemas y que están presentes en nuestros recuerdos.
  3. Se puede hacer sobre otras formas de vida.
  4. Cualquier otra que se te ocurra…
Te invito y me invito a practicar a diario este ejercicio. Se obtiene una sensación personal de paz. Y si todos lo hiciéramos… cambiaríamos el mundo.