viernes, 17 de julio de 2015

Suerte, fragilidad y agradecimiento


[He publicado esta entrada en el Blog de Inteligencia Emocional de Eitb el 17.07.2015]

Miedo y Coraje (Mario Benedetti)
El miedo y el coraje
son gajes del oficio
pero si se descuidan
los derrota el olvido
el miedo se detiene
a un palmo del abismo
y el coraje no sabe
qué hacer con el peligro
el miedo no se atreve
a atravesar el río
y el coraje rechaza
el mar del infinito
no obstante hay ocasiones
que se abren de improviso
y allí miedo y coraje
son franjas de lo mismo.
El poema de Benedetti representa muy bien las emociones encontradas a las que me enfrenté el pasado 25 de junio antes de que me realizaran una histerectomía total (con extirpación de trompas, pero no de ovarios). Hacía años que sabía que llegaría el momento en que me tendrían que operar… pero una operación es algo para lo que nunca es un buen momento… Te sabes fuerte, enérgica, con capacidad para recuperarte… pero también eres consciente del riesgo que toda operación con anestesia total conlleva; y sabes que durante un tiempo vas a necesitar de otros y vas a tener que aflojar las riendas, dejar que otros sean los que cuiden y se encarguen…
Además, se suma la naturaleza de la operación… La gente te dice: “¿te van a vaciar?”; “bueno… tú ya has tenido hijos”… Es cierto que mi útero ha cumplido su función y que hace tiempo que había decidido no tener más hijos… Pero ¿voy a dejar de estar llena de vida, sueños e ilusiones? ¿acaso voy a ser menos mujer? Una mujer es mucho más que su útero, que los hijos que engendra o decide no engendrar… Una vez más he recordado la cita con la que abría mi tesis doctoral:
Hace poco leí qué era la suerte…


Aún estando de acuerdo, después de esta experiencia de fragilidad y vulnerabilidad creo que la suerte es mucho más…
Suerte es…
… que te hagan reír hasta que te duele antes de entrar en un quirófano.
… estar acompañada en los momentos difíciles.
… abrir los ojos y ver los rostros de las personas que quieres.
… tener una mano que apretar en los momentos de fragilidad.
… tener más visitas y llamadas que las que tus fuerzas te permiten atender.
… contar con un batallón de personas dispuestas a echarte una mano.
… tener una familia que aun estando lejos está cerca.
… tener un hogar confortable, una cueva, en la que reponerte de tus cicatrices.
… tener la posibilidad de aprender a “dejarte querer”.
… amar y sentirte amada.
Suerte es saber, sentir muy dentro, todo lo anterior y sentir un profundo agradecimiento.
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS…